En apoyo a la fundación benéfica que dirige la madre de Rafa Nadal, Ana María Parera, el artista celebró un concierto en presencia de multitud de rostros conocidosDespués de disputar uno de los choques más esperados de estas fiestas, Rafael Nadal y Roger Federer se pusieron sus mejores galas para asistir a la cena organizada por la fundación del mallorquín en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, en Madrid. Todos los beneficios del banquete, igual que los recaudados en el partido, están destinados a la fundación del tenista,dirigida por su madre Ana María Parera, que, desde 2007, trabaja en proyectos para ayudar a niños y jóvenes discapacitados y procedentes de un ambiente desfavorecido.
Aunque son rivales cuando tienen en la mano una raqueta de tenis, cuando se trata de ayudar a los demás están más unidos que nunca. Por eso, en estas fechas tan especiales, los dos números uno han juntado sus fuerzas con un objetivo único: conseguir dinero para sus respectivas fundaciones. Para la creada por Federer fue a parar el dinero del encuentro que organizaron en Suiza, mientras que la del español se quedó con la generosidad de sus compatriotas.
La velada contó también con un artista número uno, Julio Iglesias que, en una ocasión histórica, actuó durante media hora para los invitados, ante la atenta mirada de su hija Chábeli. Horas antes, Nadal había asegurado que estaba “encantado” de contar con el apoyo de Iglesias: “Yo he sido admirador suyo desde muy pequeño y es un honor para mí y para mi fundación contar con él. Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia él por su colaboración en la cena”.
Más de 500 comensales acudieron a la llamada del crack, que junto con Federer fue la estrella de la noche... hasta que apareció en escena (por su lado bueno, naturalmente), Julio Iglesias. El suizo, que se fue a media cena para regresar con su familia, no vio el show del «español más universal», «cantante increíble» y «fenómeno de persona», tal y como lo había presentado el mallorquín. No perdió el avión de vuelta a casa, pero sí se perdió una actuación en la que el crooner latino repasó sus grandes éxitos (casi 20), bromeó sobre su fama de truhán y elogió a Nadal hasta hacerlo enrojecer.
«ME HAS HECHO VIBRAR» // Más que cantar para él y sus invitados, le cantó a él y sus hazañas. Y entre canción y canción, le soltaba cualquier cosa que se le pasaba por la cabeza. Sirva de muestra el inicio de su actuación, que contó con el apoyo de una banda de cinco miembros, tres coristas y una pareja de baile: «Cada vez que Rafa está en cualquier pista del mundo, lo miro como un español universal. Es el deportista más grande la historia del pueblo español. Además, es un ser entrañable. Lo tiene todo. Los españoles estamos orgullosísimos de ti». Más adelante dijo: «Te dedico la noche por tantas y tantos días que me has hecho vibrar y emocionar. Cuando me llamaste para venir a Madrid pensé en todo el cariño que me has dado. Me has hecho sentir tan español».
Unas palabras que complacieron a José María Aznar, sentado en una mesa frente al escenario junto a su mujer, Ana Botella, el torero Enrique Ponce y su esposa, Paloma Cuevas, y Chabeli, que aplaudió a rabiar cuando su padre abordó De niña a mujer. Aznar, que había sido abuelo por cuarta vez aquella mañana (su hija Ana y su yerno, Alejandro Agag, tuvieron al pequeño Alonso), fue fiel a su proverbial hieratismo y apenas movió el bigote cuando Iglesias le nombraba («José María», «presidente»), ya fuera para celebrar el 8-0 del Madrid al Levante o para dedicarle la frase «los buenos quedan, los demás se van» de La vida sigue igual.
También estuvo quietecito el otro Alonso, hijo del político, que llegó acompañado de su amigo Javier Hidalgo, vástago del dueño de Viajes Halcón y Air Europa. Nada que ver con la juerga que se corrieron en abril en una discoteca de la Barceloneta al grito de «¡tequilazo!».
Nadal, con un traje oscuro (quizá de Armani, que acaba de ficharle como imagen de la marca) y un reloj Richard Mille casi tan bueno como el de 250.000 euros que le robaron en el vestuario del Abierto de EEUU, acabó coreando Soy un truhán, soy un señor, que Iglesias remató con «soy un truhán, soy español».El cantante sudó la camisa, la levita y la americana, y demostró estar tan en forma como su anfitrión.
Fueron muchas las caras conocidas que se sentaron a la mesa del mallorquín, impecable con un traje negro de Armani, diseñador que vistió a toda su familia (el tenista será imagen de las campañas de vaqueros y ropa interior del diseñador en el 2011), que como no podía ser menos le arropó en este evento. Paz Vega y su marido Orson Salazar, Cari Lapique y su hija Carla Goyanes, Eugenia Martínez de Irujo, José María Aznar y Ana Botella, que acaban de ser abuelos por cuarta vez (su hija Ana dio a luz a un varón el miércoles por la mañana), Eugenia Silva, también de Armani, Carolina Cerezuela y Carlos Moyá, María León, Nieves Álvarez y su marido Marco Severini, Mar Saura y Vicente del Bosque pusieron, entre otros, su granito de arena por la causa.
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1 comentario:
GRACIAS FERNANDO,POR MANTENERNOS SIEMPRE AL TANTO DE TODO!!!!!!!!! BESOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
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