(CARLOS PRIETO) Quién haya visto a Julio Iglesias en directo últimamente sabrá que el cantante suele deleitar a su parroquia con un chascarrillo sobre el día que le prestó su avión privado a Luciano Pavarotti porque "el suyo se había roto".Como el que le presta el sacacorchos a un vecino. Un chiste biográfico sólo apto para personas de alto poder adquisitivo, como confirma ahora la edición española de Forbes, que adjudica a Iglesias una fortuna de 850 millones de euros. Dinero que le sirve para ocupar el puesto número 47 en la lista de los 100 españoles más ricos, publicada en el número de noviembre de la publicación.
Al margen de la desorbitada cantidad de dinero, lo extraordinario de la presencia del cantante en la lista es que no hay ninguna otra persona de su perfil (músico y celébrity del mundo del espectáculo) entre los españoles más adinerados. Lo más cercano que encontramos a Iglesias serían empresarios vinculados al mundo cultural (José Manuel Lara) y aristócratas del arte (Duquesa del Alba y Carmen Thyssen), una galaxia diferente a la que frecuenta el autor de Soy un truhán.
En efecto, Iglesias se ha colado en un ranking copado por sectores (banca, inmobiliaria, construcción, textil, turístico, alimentario) ajenos a la cultura, el deporte, el arte y el show business. Por ello, Enrique Utrera, encargado del especial de Forbes, califica a Julio Iglesias de "rara avis".
El periodista económico cree que existen dos factores fundamentales para explicar la ausencia de figuras del espectáculo y el emprendizaje en la lista. El primero, "y más importante", tiene que ver con la inmutabilidad de la oligarquía española. "Hay una serie de familias que controlan el poder económico en España desde hace varias décadas. Las fortunas se han ido legando y no ha habido renovación. Las grandes fortunas han ido pasando de generación en generación sin apenas cambios y sin apenas méritos. Hay muy pocos emprendedores en la lista", cuenta Utrera a El Confidencial.
La segunda causa tiene que ver con la opacidad económica de nuestros famosos más internacionales. "Es prácticamente imposible seguir el rastro de las fortunas de nuestrascelebrities. Bien porque tienen la mayor parte de su dinero fuera de España bien porque lo ocultan en contratos publicitarios a los que no tenemos acceso. La fortuna de Alejandro Sanz, por ejemplo, es muy difícil de rastrear", asegura Utrera, que ha basado su estudio en dos fuentes principales: el Registro Mercantil y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
"Básicamente tiene muchísimas propiedades inmobiliarias", explica Utrera. "Lo sorprendente es que apenas le ha afectado la crisis inmobiliaria. Tiene muy buenos asesores y ha invertido muy bien su dinero. Es una persona con una habilidad extraordinaria para los negocios. Si miras la lista histórica de sus inversiones verás que casi no ha cometido errores", añade.
Entre las propiedades más pintorescas de Julio Iglesias está un pequeño porcentaje de los Miami Heat, ganadores de la NBA los últimos dos años, o elPunta Cana Resort & Club, del que es copropietario junto a nombres como Oscar de la Renta y donde tiene su ¿tercera? residencia. Se trata de un exclusivo espacio residencial con 6.000 hectáreas, playas paradisiacas y aeropuerto propio (poca broma: el Punta Cana International Airport es el segundo aeródromo del Caribe con 4 millones de pasajeros anuales).
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