El artista llegó a la ciudad pocas horas antes del recital al auditorio que, aunque no llenó, contó con gran afluencia de público, a pesar de los elevados precios de las entradas -entre los 35 y los 275 euros-. Aterrizó en Valencia en su propio avión privado y envuelto en una gran discreción tanto de su entorno como del hotel en el que se aloja, que rehusaron hacer declaraciones sobre la llegada del cantante a la ciudad.
Sobre su declaración ante el juez, mutismo total, aunque fuentes cercanas al cantante, aseguraron que el pasado viernes todavía no había recibido dicha citación, si bien es posible que se la entregaran ayer, durante los ensayos previos a la actuación. Estas mismas fuentes apuntaron además que Julio Iglesias ya declaró por exhorto en Punta Cana (República Dominicana), pero que el contenido de esa declaración no ha llegado al juez que instruye el caso y que por ese motivo se le cita de nuevo.
El artista, sin embargo, se mostró tranquilo y cómodo sobre el escenario de Les Arts. El público fiel y que seguía sus canciones -y entre el que se encontraban rostros conocidos como el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, o el empresario Juan Roig-, ayudó a que el cantante diera lo mejor de sí para presentar su último disco, 1, un doble cedé en el que ha vuelto a grabar sus temas más populares. En esta gira española, Julio Iglesias ha apuntado directo al corazón de sus seguidores. El público de Les Arts se dejó seducir por el cantante que apareció en el recinto valenciano ataviado con un sobrio traje oscuro, corbata a juego, chaleco y camisa blanca. Una eterna sonrisa blanca en un bronceadísimo rostro y mano en el pecho continuaron siendo señas distintivas del artista. El público se dejó llevar desde el primer momento por sus temas de toda la vida. Arrancó con Amor, amor, amor, toda una declaración de intenciones hacia su público.
Pero, además de con su música, Iglesias logró conquistar a sus seguidores valencianos con la palabra: "Hace tantos años que me faltaba venir a Valencia; siempre es bonito volver a una tierra querida", dijo el artista. "El pueblo valenciano es bello, con una identidad perfecta", añadió. La respuesta de los asistentes era obvia: aplausos y ovaciones -hasta algún "Te quiero, Julio"- a uno de los artistas más internacionales del panorama musical español.
Sobre su declaración ante el juez, mutismo total, aunque fuentes cercanas al cantante, aseguraron que el pasado viernes todavía no había recibido dicha citación, si bien es posible que se la entregaran ayer, durante los ensayos previos a la actuación. Estas mismas fuentes apuntaron además que Julio Iglesias ya declaró por exhorto en Punta Cana (República Dominicana), pero que el contenido de esa declaración no ha llegado al juez que instruye el caso y que por ese motivo se le cita de nuevo.
El artista, sin embargo, se mostró tranquilo y cómodo sobre el escenario de Les Arts. El público fiel y que seguía sus canciones -y entre el que se encontraban rostros conocidos como el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, o el empresario Juan Roig-, ayudó a que el cantante diera lo mejor de sí para presentar su último disco, 1, un doble cedé en el que ha vuelto a grabar sus temas más populares. En esta gira española, Julio Iglesias ha apuntado directo al corazón de sus seguidores. El público de Les Arts se dejó seducir por el cantante que apareció en el recinto valenciano ataviado con un sobrio traje oscuro, corbata a juego, chaleco y camisa blanca. Una eterna sonrisa blanca en un bronceadísimo rostro y mano en el pecho continuaron siendo señas distintivas del artista. El público se dejó llevar desde el primer momento por sus temas de toda la vida. Arrancó con Amor, amor, amor, toda una declaración de intenciones hacia su público.
Pero, además de con su música, Iglesias logró conquistar a sus seguidores valencianos con la palabra: "Hace tantos años que me faltaba venir a Valencia; siempre es bonito volver a una tierra querida", dijo el artista. "El pueblo valenciano es bello, con una identidad perfecta", añadió. La respuesta de los asistentes era obvia: aplausos y ovaciones -hasta algún "Te quiero, Julio"- a uno de los artistas más internacionales del panorama musical español.
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