La puesta en escena no dejó indiferente y en el momento del esperado inicio, a las 23:10 horas, Julio Iglesias salió al escenario como el sólo sabe hacer. El habitual paso, firme y seguro y sonriendo al público. Así llegó al centro del escenario, donde cogió el micrófono con la zurda y colocó su diestra en el pecho. Gesto característico del autor. "Nació de ti, nació de mi, nació de la esperanza" de la canción Amor, amor, fue su saludo particular a los fans allí congregados, que fueron creando poco a poco el ambiente mágico que se esperaba.
Continuó Julio de pie, siguiendo con La gota fría, terminando de calentar a un público ya de por sí entregado, sobre todo tras las palabras de su representante cuando presentó oficialmente el concierto en Algeciras. Ahí dijo que realizar este concierto "fue una decisión personal del artista, fue el primero que insistió en que se hiciera todo lo posible por venir a esta ciudad".
Tras esto, el cantante paró para hablar con su expectante auditorio, que la organización cifró en 3.000 espectadores, aunque en apariencia la cifra real era menor. Así, agradeció su asistencia y se acordó de las abuelas y los abuelos, además, aprovechó la ocasión para reivindicar su sentimiento español, mucho más fuerte que cualquier otra emoción que haya sentido.
Julio Iglesias lució un traje oscuro, sobrio y elegante, digno de su estatus, llevando la templanza propia del artista al público. Y, acompañado de su banda, compuesta por seis músicos y las tres chicas del coro, ofreció las canciones más mediáticas de su repertorio como Manuela, Me olvidé de vivir, De niña a mujer o Por el amor de una mujer.
Tampoco faltaron las sorpresas, dignas del espectáculo, como el tango Y todo a media luz que interpretó con una pareja bailando de fondo. E incluso se atrevió a cantar en inglés y francés, ya que nada asusta a esta leyenda viva del panorama musical internacional.
El artista tampoco se olvidó de los asistentes, la mayoría mujeres de mediana edad y parejas adultas, e interrumpió el concierto en varias ocasiones para dirigirse a ellos. En una de esas paradas agradeció su acompañamiento durante los 43 años de carrera musical, expresando que quiere al público con toda su alma, ya que sin él, todo sería diferente en su vida. Esta declaración la hizo patente con el tema El amor.
Julio Iglesias cumplió con su cometido de manera notable. Las expectativas estaban muy altas, dado el renombre del cantante, y el público agradeció la deferencia del artista con Algeciras. La plaza no registró un lleno, las entradas, que oscilaban entre 45 y 250 euros, pesaron demasiado entre los algecireños, aun así, presentaba un buen aspecto, más tranquilo, sin aglomeraciones. Un lugar ideal para oir una voz tan melosa y penetrante como es la del inmortal Julio Iglesias.
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