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29 jul 2010

Noche de apoteosis en la Malagueta

Por la tarde ya no quedaban entradas. Siete mil personas, un público que pagó desde 195 euros en las diez primeras filas, hasta los 48 euros del segundo piso. Habían pasado más de dos décadas desde su último recital en Málaga y, sin embargo, para el cantante y sus fieles, la vida sigue igual.

Noche de expectación, como en las grandes tardes de La Malagueta. Cartel de 'no hay billetes'. Era previsible la apoteosis. Y la apoteosis llegó de la mano de Julio Iglesias que cantó ante 7.000 enfervorizados espectadores en uno de los conciertos más impresionantes que se recuerdan en el centenario coso taurino. Un bis y dos, y la gente quería más. Bengalas, mecheros encendidos, gritos de «guapo, guapo y Julio, Julio», aplausos, gritos de olé y en la fila 22 su esposa, Miranda, feliz como pocas mujeres en el mundo, y sus cinco hijos, Miguel, Rodrigo, Victoria, Cristina y Guillermo, testigos excepcionales del gran triunfo de su padre, el gran e inigualable Julio Iglesias.
Eran las cinco de la tarde y bajo un sol abrazador, Julio Iglesias cuidaba con mimo todo lo que concernía a su concierto. «Cantar en Málaga es un privilegio, un gozo; lo hago para mi familia y para mis amigos, porque aquí todos son mis amigos», afirmaba. Por eso no quería nada al azar. La Malagueta estaba arreglada. Una gran pancarta decía «Julio, España te quiere. Hijo Adoptivo de Málaga», y el lleno era absoluto. Pocos minutos después de abrirse las puertas las gradas estaban cubiertas. 'No hay billetes'. Así de rotundo.
Julio sale y la gente ya estaba rendida. Moreno, sonriente, con cara de estar en la plenitud de una vida repleta de éxitos, con 66 años envidiables, el cantante dio las buenas noches con 'Quijote'. A raíz de ahí, hasta 30 temas si es que no contamos mal, porque la euforia de una vecina de localidad hizo que perdiera los 'trastos de matar', o sea, la hoja en la que apuntaba los temas. 'Ni te tengo ni te olvido', y la aclamada 'Natalie'. Tras los referidos temas, 'La gota fría', 'Ae, ao', 'A media luz', y el único 'Échame a mi la culpa'. «Málaga es una tierra amada por mí», repetía antes y durante su actuación que se desarrolló ante un auditorio multicolor, con personas que habían pagado hasta 195 euros por una silla de ruedo, venidas de media España e incluso de Europa. Con 'De niña a mujer', su oda a Chabeli, la pasión de público se desbordó, y el truhán que es un señor se abrazó a todos para decirles al oído un 'hey' que le iba y que no quería que se rompiera, porque la vida sigue igual aunque ya no sea nada lo mismo. Algunos temas en inglés, en italiano e incluso en gallego, pero la mayoría en español, la lengua en la que se habla en su casa, la de su país, al que tanto quiere y en el que tanto disfruta. Palabras de elogio a Málaga, a su familia, a sus amigos malagueños, y un piropo a Andalucía, la tierra que considera con mayor porvenir en la vieja Europa.
Con el tatareado 'Me va, me va, me va.' Julio hizo ademanes de enfilar hacia el vestuario, pero el público quería más. La calurosa noche malagueña estaba siendo escenario de un acontecimiento importante, con el coso malacitano recuperado para acontecimientos como el que se vivió anoche.
No cantaba Julio Iglesias en La Malagueta desde 1989. Fue un concierto celebrado con motivo del 50º aniversario de diario SUR. Entonces el público era heterogéneo, con 2 y 3 generaciones juntas, 21 años después el milagro se repetía. Eso sólo es capaz de conseguirlo un artista como Julio Iglesias, único y posiblemente irrepetible. Julio Iglesias controla todo a su alrededor. Es un perfeccionista, como dijo en la entrevista en exclusiva que concedió a SUR no deja nada al azar. Más de 42 años sobre los escenarios del mundo entero dan para eso y para más.
Julio le dedicó el concierto al pueblo de Málaga. Y la gente se lo agradeció. Tenía ganas de comenzar su gira en Europa aquí, y por ello estaba más que satisfecho. En la euforia final, parte del público se abalanzó hacia el escenario, mientras el cantante entonaba eso de «me gustan las mujeres, me gusta el vino». lo que provocó el revuelo de sus fans más encendidas, sobre todo cuando tiró su corbata al público, acabando el genial cantante con un coro de 7.000 personas.
«Ha sido uno de los conciertos más importantes de cuantos he dado en estos últimos años; Málaga es una ciudad sensible, que me quiere. Ver La Malagueta llena es una sensación difícil de entender. Estoy muy feliz. Málaga tiene que ser no la capital europea de 2016, sino la capital del mundo», declaró Julio Iglesias nada más entrar en su camerino en declaraciones a SUR. Todo había salido bien y la gente salía cantando de la plaza de toros los temas que antes había oído de su gran ídolo, quien en carne y hueso momentos antes había conseguido salir metafóricamente por la puerta grande tras cortar las dos orejas y el rabo.

2 comentarios:

Patricia Pino dijo...

QUE ALEGRÍA!!! NO PODÍA SER DE OTRA MANERA UN ÉXITO. TUS FANS DE TODO EL MUNDO FESTEJA ESTE MOMENTO .
FELICITACIONES A TODOS LOS QUE PUSIERON SU GRANITO DE ARENA.

Unknown dijo...

LO SABÍA.... SIEMPRE LO DIJE: UNA NOCHE POR LA QUE VALE LA PENA VIVIR UNA VIDA ENTERA.
LA MALAGUETA A REVENTAR Y JULIO, ENTONANDO CON TODA EL ALMA, COMO SIEMPRE LO HACE ESAS CANCIONES QUE NOS HAN HECHO REIR, LLORAR Y SOÑAR A LO LARGO DE TRES GENERACIONES.
FELICITACIONES A TODOS LOS ORGANIZADORES Y EN ESPECIAL A MIS QUERIDAS AMIGAS BELA Y NÚRIA!
ÉXITO TOTAL...
LA PRÓXIMA VEZ, SI DIOS ME LO PERMITE, ESTARÉ PRESENTE.
UN BESOTE, MI AMADO JULIO Y QUE DIOS TE CUIDE!