Marbella sigue fiel a Julio Iglesias

Vestido con su habitual traje oscuro y corbata del mismo tono, y camisa blanca, Julio Iglesias apareció sobre el escenario del Starlite Festival al compás de los acordes de la canción Amor, Amor, amor, amor. Impecable y perfecto en su estilo al igual que en su cuidada puesta en escena, los más de 2.500 asistentes a este concierto cayeron rendidos a sus pies nada más verlo aparecer sobre el escenario. El cantante, nacido en Madrid, con más de 46 años dedicado a la música, hizo levantarse al público de sus asientos en varios momentos de su actuación como cuando cantó Mami blue. Al grito "de a ver cómo canta mi patria, mi país", animó a los asistentes a corear y a seguir el estribillo de esta canción. Pero una de las mayores ovaciones de la noche fue cuando manifestó que su padre era del norte, su madre del sur "y por eso creo en una España junta", instante en el que el público aplaudió fervientemente y comenzaron entonces los acordes de Un canto a Galicia.

Canciones las de Julio Iglesias que unen a generaciones. Hasta tres se pudieron ver en los asientos del Starlite Festival cantando los estribillos de sus temas de siempre. Y es que como dice el cantante "la música crea conexiones más allá de la edad y cuando regalas amor, recibes amor". En muchos momentos de su actuación se dirigió al público a los que deleitó con distintos aspectos de su vida como que hacía cuatro o cinco noches que había estado cenando con Rafa Nadal, que le decía lo feliz que se sentía cuando regresaba a casa, como miraba a la gente con "ojos bellos" para añadir lo generoso que había sido el público con él durante estos años. El cantante también tuvo palabras de cariño para la pareja de bailarines que le acompañó en distintos momentos como cuando bailaron al compás de Crazy. 

Y es que si hay algo que tiene Julio Iglesias es la capacidad de colgar el cartel de "no hay entradas" desde casi un mes antes de la celebración del concierto, algo que sigue sorprendiendo a muchos, sobre todo, porque se trata del mismo escenario, el mismo espectáculo, el mismo festival y porque en las dos ediciones anteriores también colgó el cartel de no hay billetes. 

Puede ser que el hecho de que el artista se sienta como en su casa y haga partícipe al público en todo momento de su actuación lo que anime a muchos a repetir y a acudir por tercer año consecutivo a disfrutar de las canciones de nuestro artista más internacional, el cantante hispanohablante que más discos ha vendido en la historia. 

El público asistente pagó entre los 90 euros de la entrada más barata, la de tribuna c, hasta los 810 euros, del palco premium, para ver al cantante. Entre los asistentes se encontraban el ex presidente del Gobierno José María Aznar; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, el actor Andrés Pajares, la modelo Valeria Mazza o los periodistas María Teresa Campos y su hija Terelu. Canciones como Quijote, Échame a mí la culpa o La Carretera fueron algunos de los temas que hicieron las delicias del público asistente. Casi dos horas de espectáculo y una despedida que para muchos fue un "hasta el próximo verano, Julio". El artista mantiene su idilio con Marbella.