Con 24 canciones en casi 2 horas de show, el cantante español Julio Iglesias no falló a los asistentes al espectáculo, desarrollado en el Centro de Convenciones de la Conmebol, en Luque, ante unas 2.500 personas.
El descontento del público el sábado luego de la suspensión del concierto fue compensado de buena manera ayer por el músico ibérico, de 68 años, que sedujo a los concurrentes con un repertorio cargado de clásicas baladas.
Eran las 20.18 cuando el intérprete, con mucho éxito en ventas en el ámbito de la música hispana, ingresó abriendo la cita con La gota fría, acompañado en la escena por atractivas bailarinas.
Con un audio suave y con el apoyo de pistas musicales, lentamente el ídolo español logró conquistar a los presentes con Hey, De niña a mujer, El amor, Crazy, y algunos tangos, donde estuvieron presentes hábiles bailarines que complementaron la escena musical.
Para matizar la presentación, el cantante –entre cada canto– recordó algunas anécdotas recordando sus primeras visitas al Paraguay, especialmente una actuación en San Bernardino, donde contó que "tragó un mosquito".
Las risas, la alegría, el canto y el grito del público se hicieron sentir, y el músico, con más de 300 millones de álbumes vendidos en el mundo, agradeció en sucesivas ocasiones el cariño del público.
Julio Iglesias contó que se sintió impotente por no haber cantado el sábado, pero el público logró comprenderlo y no lo dejó de querer, ya que el mismo cantante supo contrarrestar ese efecto, gracias a otros éxitos como A media luz, Me va me va, Me olvidé de vivir, La vida sigue igual, La carretera y Abrázame.
"Rohechaga′u Paraguay" dijo en un momento, a lo que el público aplaudió, y siguió cantando como el jovenzuelo de los 70, generando un clima de intimidad con el público, cantando casi al "susurro" y con una tenue instrumentación.
Sin llegar a cantar un tema nacional, el músico deleitó igualmente con el género italiano Caruso y la canción en inglés My sweet lord, además de entonar otros más.
No faltaron los momentos de picardía del artista, cuando besó a una de sus mulatas que lo acompañaban en el escenario, y luego, a una paraguaya que sorpresivamente subió al escenario para replicar el mismo gesto.
En una noche de escenario el madrileño resumió numerosas décadas de música, cantando las inmemorables baladas que marcaron época y que revivieron con potencia en su voz.
Iglesias confesó su satisfacción de volver al Paraguay y reveló que quizás sea la última ocasión que pisa suelo guaraní.
El cantante, que conquistó a una platea en su gran mayoría conformada por hombres y señoras mayores de 40, se despidió con el inmortal clásico A mi manera, sin llegar a ofrecer el esperado bis.
Eran las 20.18 cuando el intérprete, con mucho éxito en ventas en el ámbito de la música hispana, ingresó abriendo la cita con La gota fría, acompañado en la escena por atractivas bailarinas.
Con un audio suave y con el apoyo de pistas musicales, lentamente el ídolo español logró conquistar a los presentes con Hey, De niña a mujer, El amor, Crazy, y algunos tangos, donde estuvieron presentes hábiles bailarines que complementaron la escena musical.
Para matizar la presentación, el cantante –entre cada canto– recordó algunas anécdotas recordando sus primeras visitas al Paraguay, especialmente una actuación en San Bernardino, donde contó que "tragó un mosquito".
Las risas, la alegría, el canto y el grito del público se hicieron sentir, y el músico, con más de 300 millones de álbumes vendidos en el mundo, agradeció en sucesivas ocasiones el cariño del público.
Julio Iglesias contó que se sintió impotente por no haber cantado el sábado, pero el público logró comprenderlo y no lo dejó de querer, ya que el mismo cantante supo contrarrestar ese efecto, gracias a otros éxitos como A media luz, Me va me va, Me olvidé de vivir, La vida sigue igual, La carretera y Abrázame.
"Rohechaga′u Paraguay" dijo en un momento, a lo que el público aplaudió, y siguió cantando como el jovenzuelo de los 70, generando un clima de intimidad con el público, cantando casi al "susurro" y con una tenue instrumentación.
Sin llegar a cantar un tema nacional, el músico deleitó igualmente con el género italiano Caruso y la canción en inglés My sweet lord, además de entonar otros más.
No faltaron los momentos de picardía del artista, cuando besó a una de sus mulatas que lo acompañaban en el escenario, y luego, a una paraguaya que sorpresivamente subió al escenario para replicar el mismo gesto.
En una noche de escenario el madrileño resumió numerosas décadas de música, cantando las inmemorables baladas que marcaron época y que revivieron con potencia en su voz.
Iglesias confesó su satisfacción de volver al Paraguay y reveló que quizás sea la última ocasión que pisa suelo guaraní.
El cantante, que conquistó a una platea en su gran mayoría conformada por hombres y señoras mayores de 40, se despidió con el inmortal clásico A mi manera, sin llegar a ofrecer el esperado bis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario