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22 ene 2014

Iglesias, el enamorado de Panamá

La Prensa / 20/01/2014 − La normalidad de los días para Julio Iglesias transcurren en el estudio de grabación. "Si voy a cantar, de preparación absoluta. Dormir 11 horas, alimentarme, cuidarme y mentalizarme dos horas de concierto en la cabeza".

Los eventos de luces, alfombras y premios quedaron en su pasado. En 2011 anunció su despedida de la vida pública durante la entrega de un reconocimiento doble de manos de su discográfica, Sony Music, y del tenista español Rafael Nadal, por ser el músico que más discos ha vendido en España y el cantante latinoamericano que más ha vendido en el mundo.

"Lo de China, en 2013, y Nadal, fueron excepcionales; pero ya no voy a los Grammys, están cansados de invitarme y les he dicho que no los últimos 20 años".

¿Cómo toma estas condecoraciones? 

Eso es parte del pasado. Es bonito, vivirlo es generoso porque es del público, pero pienso mucho en lo que me queda. Me gustaría cantar hasta los 95 años.

Mientras tanto, ¿algún dueto en mente? 

Ahora, los duetos más bonitos son los que hago con el espejo y me digo: "no puedo creer que sigas vivo". En realidad, tengo tantas proposiciones y te hablo, por ejemplo, de las 10 cantantes más importantes de Estados Unidos. Pero ese es un trabajo muy arduo; sin calle, sin oxígeno, sin árboles y con muchas paredes.

´Puedo recorrer Panamá con los ojos´ 

"¿No tienes novio y no estás casada?, ¿qué pasa contigo?", pregunta desde la soltura que solo poseería un maestro del coqueteo; un marinero que dejaba en este puerto hasta "cinco novias".

"Visitaba Panamá muy frecuentemente. Si me pones en San Blas, Las Perlas, Contadora, Colón, Bocas del Toro, donde quieras, lo recorro con los ojos", afirma.

¿Qué recuerda de sus presentaciones en Panamá? 

En realidad no me acuerdo mucho de los espectáculos, porque canto todos los días. He cantado en Panamá muchas veces. Hace 43 años, pase allí mis primeros cuatro días de luna de miel con mi primera mujer [Isabel Preysler]. Para mí, Panamá es un país muy cercano, siempre hablo de él, de la gente y de la mujer panameña. Estoy "panameñizado".

¿Qué admira de nuestra música? 

Admiro muchísimo a Rubén [Blades], porque creo que es algo grande de la salsa y la escritura. El intelecto de Rubén me encanta, lo que dice. Hay canciones que tienen un significado muy importante en mi vida, de hecho he cantado canciones de Rubén y siento mucho su música. Vida, por ejemplo, me encanta.

¿Cómo lo ha impactado la música de Blades? 

Cuando dice que la familia son los amigos que encontramos en extraños [Vida] está diciendo una gran verdad; cuando dice que nadie escoge a su familia ni a su raza ni lugar. Son identificaciones naturales y realistas pero después, la verdad de la vida es todo lo contrario. Por eso las injusticias son tan grandes. Pero dejemos ese tema tan triste.

Entonces, ¿lo entusiasma interpretar en las ruinas de Panamá la Vieja? 

Yo no creo en las ruinas, sino en la ruina personal. Las ruinas son los ancestros más bellos que tienen las ciudades. Me encanta poder cantar ahí, porque es una parte histórica de la ciudad que hay que cuidar, mimar y conservar, ya que ahí están las raíces del panameño.

la industria musical, según julio iglesias 

De las propuestas nuevas que ofrece la industria, Julio Iglesias considera que las interesantes son "las que tienen el sentido del ritmo con la palabra ´salpicada´ entre el bajo y el loop [repetición]. Y la gente que no tiene el ritmo con la voz, pero a lo mejor lo tiene en la creatividad".

Afirma que si le preguntan con quién se queda, elige a Stevie Wonder o Sting. "Si me pides más, me quedo con Sinatra y con Nat King Cole; con The Beatles, Police o U2. Pero si me preguntas con quién en los últimos cinco años, tendría que pasarte a mis hijos pequeños que escuchan esa música, y la verdad la paso muy mal".

¿Cómo acercaría su música a los jóvenes? 

Estoy trabajando un álbum muy sencillo, de seis canciones, dedicado a la música mexicana, que es la más consonante de la música latina. Donde las canciones suenen al siglo XXI. Que las conociera una generación de 20 o 25 años.

¿Cuál ha sido el álbum más complicado que ha realizado? 

El más complicado ha sido Romantic Classics, que no lo hice mal. Todos me han traído satisfacciones: Momentos, Hey, De niña a mujer; tantos, donde empiezo a entender lo que es juntar las palabras con la música.

¿El público más difícil de conquistar? 

El público no es difícil ni fácil. Es una emoción y una pasión. Si el artista es natural, el público responderá naturalmente. No soy cantante porque tenga una voz, lo soy porque me he hecho artista y después, la voz acompaña mi arte. No nací cantante, pero sí nací artista.

Y según usted ¿cuál sería la diferencia? 

Uy, es total. Porque el artista es la estética. La técnica de cantar es el 10%, y el 90% son millones de pequeñas cosas que se van juntando poco a poco.

¿Un sueño pendiente por realizar? 

Mi más grande sueño es que mis hijos pequeños tuvieran actitud y se hicieran amigos de las luces de una manera natural, lo que significa tener muchas menos sombras.

¿Y algún arrepentimiento? 

Sí, que nací en el año 43, en vez del 63.

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